La exposición de Cristina en nuestro plenario de la CTA fue clara y contundente. La compañera habló de la responsabilidad en esta etapa de gobierno: del modelo productivo, cómo se distribuye la riqueza, el impacto de la inflación en los salarios, en el ingreso familiar y en las jubilaciones. Abordó el problema de la economía bimonetaria, la deuda y la fuga de capitales. En definitiva, manifestó su mirada sobre la situación económica, social y política que atraviesa el país. Fue enfática en encontrar respuestas rápidas sobre la distribución de la riqueza nacional y clara en su planteo respecto de la unidad del Frente de Todos. En ese contexto, el de un discurso que duró más de una hora, se expresó también, sobre la tercerización de las políticas sociales y la necesidad de un mayor control por parte del Estado.
En ningún pasaje de esa intervención destrató, estigmatizó o descalificó el rol de las organizaciones y su importancia en la sociedad: su trabajo territorial asistiendo a miles de compatriotas, la lucha por el trabajo expresado en masivas movilizaciones que hicieron historia como en Cutral Có, Tartagal o el Matanzazo. La experiencia de las empresas recuperadas, las nuevas formas de trabajo asociado que producen alimentos o las tareas del cuidado sobre niños, ancianos, personas con discapacidad o en situación de calle. El trabajo de los jardines comunitarios, la construcción de viviendas, escuelas y universidades, las cooperativas de reciclado o de obras de infraestructura de agua potable o cloacas. Desde ese lugar recibimos las palabras de la compañera en el Congreso de la CTA.
Fue durante su gobierno y el de Néstor Kirchner, donde llevamos adelante la mejor política social, que fue y seguirá siendo el empleo digno. En ese tiempo recuperamos más de 5 millones de puestos de trabajo, mejoramos el poder adquisitivo de los salarios, y la convocatoria a las paritarias para discutir los convenios colectivos, se estatizaron las AFJP, y se incorporaron millones de argentinos al sistema provisional, a la vez que se creó una de las políticas universales más importantes del siglo, la AUH.
La opinión de Cristina sobre los planes se inscribe en nuestro debate, por el país que soñamos y que queremos. No fue una apreciación aislada o sesgada, fue una interpelación a todos: a nuestro gobierno, obviamente a la dirigencia social y mucho más a quienes tienen y tenemos distintos niveles de responsabilidad en la gestión. Debemos potenciar el lugar de la economía autogestiva, dar el debate y tomar decisiones en función de las nuevas demandas de la sociedad. Tenemos que habilitar la discusión sobre el ingreso social ciudadano, la moratoria previsional y crear condiciones dignas de empleo en todos los sectores.
Para tergiversar las palabras de Cristina, la derecha cuenta sobradamente con Clarín y los medios hegemónicos. Si la definición sobre los planes sociales fue una crítica, lo hace desde el lugar que le dio y le da el pueblo por haber sido la presidenta, que, junto a Néstor, construyó un país más justo e igualitario para nuestra gente. Cristina soportó y soporta una feroz campaña mediática y judicial en su contra, y aún en esas condiciones de persecución fue la gran conductora del triunfo nacional del Frente de Todos que derrotó al macrismo. La derecha lo tiene claro y sale a agigantar titulares maliciosos con sus periodistas pagos: que “Cristina al frente de una ofensiva contra los movimientos sociales” o que “Cristina le declaró la guerra a los movimientos populares” e infinidades de fake news. Mientras el poder hace esto encubre a los dueños de las empresas que descargan su odio y egoísmo aumentando los precios de la canasta de alimentos. No cabe victimizarse o enojarse, hay que saber reconocer errores, porque los hay, y encontrar espacios para resolverlos y ser mejores. Hoy debemos encontrarnos en un solo camino, el de la unidad aun en la diversidad.
Fuente: Sur a Diario – Noticias de la Zona Sur / Opinión / Edgardo Depetris